...Y lo que digo ...

Aunque a veces me guarde un par de secretos...

jueves, diciembre 14, 2006

De Mexico para el mundo...

Flor de Nochebuena

Esta hermosa y tradicional flor fue llamada Cuetlaxóchitl por los aztecas, quienes la cultivaban con mucho esmero, así como otras civilizaciones y pueblos prehispánicos, la cultivaron en los jardines de aclimatación de Netzahualcóyotl y de Moctezuma, pues era planta de tierra caliente. Su nombre científico es euphorbia pulcherrima y está compuesta de arbustos de hojas grandes, ovales y pálidas por la parte inferior; en diciembre, la planta adquiere un intenso color rojo que ha hecho de ella el símbolo de la Navidad en muchas partes del mundo.
Es posible que la Cuetlaxóchitl sea originaría de Taxco, donde existió un lugar llamado Cuetlaxochitlán. En ese lugar, durante la Colonia, los frailes franciscanos comenzaron a utilizar las hermosas flores para adornar los pesebres en los días cercanos a la Navidad.
Cuetlaxóchitl quiere decir en náhuatl "flor que se marchita", lo cual era muy importante para las civilizaciones prehispánicas, pues como sabes esos grandes pueblos consideraban que todo debía morir para poder renacer en una nueva etapa; por eso, la hermosa flor representaba el año que se iba, y la pureza que renacía en sus hojas rojas cuando iniciaba el nuevo ciclo anual.
Fue Fernando Ruiz de Alarcón quien escribió por primera vez durante la Colonia sobre el uso de la Nochebuena en las celebraciones de los Franciscanos. Él era vecino de Taxco y hermano de quien es uno de los grandes dramaturgos del siglo de oro español: Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza.
La famosa flor mexicana es en realidad muy pequeña, pero está rodeada por hojas muy grandes que protegen la flor. De ella los indígenas obtenían un colorante de tonos encendidos que teñía de púrpura y amaranto las fibras del algodón. También, del zumo acuoso de la planta, parecida a la leche, generaban sustancias curativas para la fiebre en preparados hábilmente concebidos.
Hacia el siglo XIX, llegó a México Joel Roberts Poinsett (1779-1851) como embajador estadounidense en nuestro país. Cuando visitó Taxco, quedó maravillado con las Nochebuenas que adornaban un nacimiento franciscano en la iglesia de Santa Prisca.El embajador Poinsett envió muchas de esas flores a su patria, Estados Unidos, y a partir de entonces en Norteamérica comenzó a tenerse a la cuetlaxóchitl como símbolo de la Navidad.
La flor de Nochebuena ha adquirido muchos nombres en nuestro país y el Centroamérica.
En Chiapas se le conoce como Sijoyo y en Durango como Catalina; en Guerrero, Michoacán, Veracruz e Hidalgo como Flor de Pascua y en Oaxaca como Flor de Santa Catarina.
En Centroamérica es conocida como Hoja Encendida; como Corona de los Andes en Chile y Perú, y simplemente como Flor de Navidad en Venezuela, mientras que en Argentina se le llama Estrella Federal, por haber sido el símbolo que en el siglo XX escogieron las fuerzas federalistas para combatir a quienes pugnaban por el centralismo en ese país.
Como casi todas las tradiciones de México, la Flor de Nochebuena cuenta con muchas leyendas y cuentos que han dado vida al folclor de nuestro país.
Entre las leyendas de la Nochebuena, se cuenta la de una niña de escasos diez años cuya madre tenía el encargo de tejer una cobija nueva para el pesebre del Niño Jesús de su iglesia, ya que la que tenía estaba muy vieja y raída.
Ella empezó a elaborarla con mucho entusiasmo, pero al caer gravemente enferma no pudo terminarla y la dejó a medias en el telar. La niña preocupada intentó acabarla, pero sólo consiguió enredar todos los hilos y las madejas. Al día siguiente, al atardecer, empezó la procesión al templo de todos los lugareños y la pequeña se quedó escondida detrás de un gran matorral; llorando, los veía pasar con enorme tristeza pues su madre seguía enferma y no había logrado hacer la nueva cobija para el Niño.Se le acercó una anciana bondadosa y le preguntó qué le pasaba. La niña, que en algunas versiones se llama Lucina, le contó toda su pena y la buena mujer la consoló diciéndole que no se preocupara, pues su mamá ya había sanado y que se apurara a cortar unas ramas de esa planta detrás de la cual estaba escondida. Una vez cortadas, le dijo que se las llevara como obsequio al Santo Niño.
La niñita no daba crédito a lo que oía, pero obedeció dócilmente a la señora y con un manojo de aquellas ramas llegó corriendo al templo. Colocó con gran cuidado las varas alrededor del pesebre, mientras la gente en silencio la observaba. De pronto todo se iluminó y de cada rama había surgido una enorme estrella roja que entibió rápidamente el ambiente. La niña sonrió pues el Niño ya no pasaría más frío, y contenta salió corriendo y vio que todos los matorrales de la calle y las montañas lucían estrellas radiantes, iguales a las que había en el pesebre. Su humilde presente se había convertido en el más resplandeciente de todos los regalos ...
*** en mi opinón (y eso que soy medio grinch) esta es la "flor de la navidad"

2 Comments:

  • At 11:54 a.m., Blogger Chrontázar said…

    Fíjate qué cosas, estaba yo pensando precisamente en el hurto que hizo Poinsett del nombre d ela tradicional "nochebuena", que acá conocemos...
    sos un oráculo de la verdad...


    Saludos y gracia spor el ponche...

     
  • At 8:09 p.m., Blogger Mr. Punch! said…

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